Mt 6,1-6.16-18 Tu Padre que está en lo escondido te recompensará

Sobre la lectura del 9 de marzo.

Con la lectura de hoy comienza el tiempo de cuaresma.

Me parece interesante el ciclo de los tiempos litúrgicos lo encuentro de utilidad para la reflexión personal.

Voy a aprovechar esta lectura para plantearme una pequeña guía para esta cuaresma.

La lectura invita a no usar la religión como forma de ostentación. Nuestra práctica religiosa no puede estar construida en función de que sea vista... de mostrar cuántos somos.

Recuerdo cuando en mi gimnasio organizaron sesiones en la calle. El objetivo era publicitario, claro. ¿Organizamos "espectáculos" en la iglesia más para que se vean que por un sentido práctico?

En este Evangelio, Jesús casi parece invitar a esconderse para mantener esa relación con Dios. No creo que el mensaje sea así, Jesús no se escondió, pero sí supo mantenerse al margen cuando entendía que las formas multitudinarias o las formas de acogerlo ya no iban a estar de acuerdo con el mensaje. Podemos leer relatos de Jesús yendo de pueblo en pueblo, recibido y rodeado de multitudes, pero vemos también a Jesús pidiendo silencio a los que son curados, o retirándose al desierto.

Es un difícil equilibrio en una iglesia muy preocupada por sus números y su imagen, que aunque de boca siempre afirma que todos son importantes sigue potenciando más lo que da números (es lo que manda la lógica, ¿no?)

Yo voy a intentar que esta cuaresma sea un camino de lo interior, de lo oculto, poder avanzar en espíritu y en verdad.

Mt 5,17-19 Quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los cielos

Buscando aplicarme esta lectura de hoy, me pregunto qué tipo de "observante" de la ley soy.
Las palabras de Jesús indicando que ha venido a dar plenitud a la ley, nos anima a ver más allá de lo literal para fijarse en el espíritu de lo escrito.
A mi me gusta dejar las cosas por escrito, soy muy normativo, pero reconozco que lo escrito carece de vida si no se lleva a la práctica.
Lo que de verdad transmite es el ejemplo, ese sí que da plenitud al significado.
Voy a esforzarme por ahí, a ver si consigo ser hoy ejemplo de algo.

Lc 4,24-30 Ningún profeta es bien mirado en su tierra

Parece que no estamos muy preparados para las novedades. Tendemos a ver las cosas como si fueran siempre iguales, nos cuesta captar lo nuevo de las cosas.
El evangelio tiene siempre más que ver con lo nuevo que con lo antiguo, el problema es que en seguida "anclamos" las cosas nuevas.
Yo a veces me sorprendo con mi propia rigidez (creo que tiene que ver mucho con mi comodidad) estoy tan convencido de cómo deben ser las cosas que igual no distinguía a un profeta en mi propia tierra.
Por otro lado, esta primera idea tiene que ver con el pensar que "tengo razón" o el fanatismo de lo "mío es lo bueno", que solo nos lleva, como en tiempos de Jesús, a no aceptar una crítica, no acoger al otro y querer apedrearlo.

Mc 12,13-17 Lo que es de Dios a Dios

La relación entre vida cotidiana, poderes públicos por un lado y religiosidad por el otro puede tener muchas tiranteces.
Para mi la frase "al cesar lo que es del cesar y a dios lo que es de dios" nos ofrece varias lecciones:
- el poder político o económico no puede condicionar a Dios, nuestro seguimiento como cristiano
- no se puede aprovechar la religión para obtener un estatus político o económico
- cumplamos con nuestros deberes "cívicos" igual que con nuestros deberes con Dios
Esto último corrige alguna posible malinterpretación.
Lo que Dios nos pide es que amemos a nuestro prójimo, que llevemos misericordia allí donde es necesaria, por lo que esa separación cesar/dios, no puede significar que haya que aceptar situaciones externas que se basen en la injusticia.

Mt 23,1-12 Uno solo es vuestro señor

El Evangelio de hoy me advierte de la falsa seguridad que puede dar el poder (no os dejéis llamar jefes), me avisa de lo peligroso de mi orgullo (todo lo hacen para que les vea la gente) y en resumen, me deja claro que las relaciones personales deben servir para estar al servicio de los demás (el primero entre vosotros será vuestro servidor).
Este puede ser mi mensaje para hoy, porque todos tenemos nuestras pequeñas cuotas de poder o reconocimiento, y debemos examinarnos sobre qué me motiva en mi trabajo y relaciones personales, si soy de los que pongo cargas en los demás, o facilito su vida.
También, quiero repasar el significado dedicado a los dirigentes religiosos del momento, y es que la utilización de la religión como origen de poder, como fuente de reconocimiento y distinción es una de las mayores injusticias para Jesús. Esto podemos también aplicarlo y reflexionarlo hoy en día.

Mc 10, 46-52 Maestro, que pueda ver

Si acudo a Jesús con insistencia, con la fe que me hace ver en él al hijo de Dios.
Si estoy dispuesto a escucharle y aceptarle como mi maestro entonces seguro que podre ver.
Ver más allá de agobios y problemas, ver más allá de malhumores y complicaciones.
Ver a los hermanos que tengo delante. Ver a mi familia.
¡Maestro, que pueda ver!