jueves, 21 de febrero de 2013

Mt 7, 7-12 Buscad y encontrareis, llamad y se os abrirá

Jesús nos insiste en que nos relacionemos con Dios Padre, nos insiste en la oración.
Nos alienta a que no dejemos de pedirle aquello que necesitamos.
Yo estoy convencido que el principal don de Dios después de la vida es la libertad, y por esa libertad no va a irrumpir alterando el orden de los acontecimientos y nuestra vida.
Pero la relación con Dios por medio de la oración es real.
¿Cómo pueden darse entonces las dos cosas? Porque cualquier oración, la de petición, la de gracias, la de simplemente estar en su presencia, en quien tiene efecto no es en Dios, es en mi, me va acercando más a él.
La oración me ayuda a ver las cosas de forma diferente, abre mis ojos a las realiadades que tengo alrededo y antes no había descubierto, abre mi corazón a los demás de forma que cambian mis sentimientos.
Y al final, los acontenimientos se producen, y nos los encontramos, aunque sea por casualidad ;)

miércoles, 20 de febrero de 2013

Lc 11, 29-32 Pide un signo, pero no se le dará

Jesús carga fuerte contra el que no le vale sus acciones, su obra. Contra el que a pesar de lo que está viendo le pone en duda y le pide más pruebas.
Que Jesús encontró mucha oposición lo sabemos, pero así es el evangelio, es acogido por quien lo necesita y despierta sospechas en quien está establecido.
Si Jesús tuvo que luchar contra una religión que usaba el nombre de Dios, para establecer un círculo de poder, de influencia, me pregunto si eso no nos está ocurriendo en nuestras iglesias, si nos hemos contruido un pequeño corral que ya no invita, que ya no se preocupa.
Quiero centrarme en lo importante, ayúdame Señor.

martes, 19 de febrero de 2013

Mt 6, 7-15 Cuando recéis no uséis muchas palabras

Para mi la experiencia de Dios va acompañada de la necesidad de situarme junto a él, en lo "secreto", ponerme en sus manos. Porque me reconozco necesitado y confío en él.
Quiero estar en su presencia y dejar que me abrace. Es mi padre y quiero que me sujete durante el día de hoy.

Jesús nos invita a dirigirnos a Dios no con muchas palabras, sino situándonos ante el como hijos, queriendo formar parte de su reino, colaboradores de su voluntad, pidiéndole por nuestras necesidades mínimas, no queremos más, y sabiendo que una de las armas importantes es perdonar y saberse perdonado.

lunes, 18 de febrero de 2013

Mt 25, 31-46 Cada vez que lo hicisteis con uno de estos hermanos, conmigo lo hicisteis

No solo nuestra actitud es valorada (por Dios) según cómo ha sido nuestro compartamiento con nuestros semejantes. Es tal la fusión entre Dios y lo humano que tal y como actuemos con nuestros semejantes, así hacemos con Dios.
Me viene a la cabeza aquella otra frase de ¿si no amas a tu hermano al que ves, cómo vas a amar a Dios al que no ves?
Preocupémonos más los unos de los otros...

domingo, 17 de febrero de 2013

Lc 4, 1-13 Si eres Hijo de Dios

Siempre comenzamos la cuaresma con una lectura sobre las tentaciones de Jesús. Aunque se presentan de forma muy espectácular, leyendo el relato casi parece que veamos una película, en realidad son tentaciones que todos sufrimos diariamente: abundancia, poder, gloria, ostentación...
Hoy me fijo en dos frases. "Si eres Hijo de Dios..." es la frase con la que le tientan en dos ocasiones, demostrar lo que eres, lo que llevas dentro. ¿Eso podría ser hasta positivo, no? ¿Quién no quiere que se le reconozca por lo que es capaz? Yo desde luego sí. ¿Qué hay de malo en la comida? ¿Qué hay de malo en que tengas lo que mereces?
El problema es el tipo de proyecto que se escoge.
El de Jesús está claro, fidelidad a Dios, a su Palabra. "Está escrito..." Y ese camino es contrario al que propone el tentador, que siempre deja de lado a Dios, porque en ese orden de cosas no es necesario.
Siempre tenemos a elegir, a un lado quedan los demás y Dios, y al otro queda preocuparnos por nosotros mismos, por conseguir cosas, reconocimiento, poder. El problema es que en ese segundo lado ni siquera estamos nosotros y nuestra felicidad.
Quiero reflexionar sorbre mis tentaciones, para no equivocarme de lado.

sábado, 16 de febrero de 2013

Lc 5, 27-32 No necesitan médico los sanos, sino los enfermos

El evangelio puede ser duro, hay muchas ocasiones en que tiene palabras duras (¿quizá exigentes?). Muchos de sus seguidores lo dejaron porque eran palabras duras de oir. Sin embargo, también destaca mucho el deseo de Jesús de llevar felicidad a la gente,  de celebrar que una persona se anima a seguirle.
Quizá la dureza de las palabras dependa de la actitud del que escucha. ¿Estamos realmente necesitados de Dios? ¿o hemos llenado nuestras vidas de "otras cosas"?
Si lo buscamos, si lo necesitamos, Dios va a salir a nuestro encuentro, y va a ser para festejar el reencuentro.

viernes, 15 de febrero de 2013

Mt 9, 14-15 ¿Pueden guardar luto los amigos del novio mientras el novio está con ellos?

Jesús no invita a vivir la fe desde los rituales, y más si son tristes, o implican privaciones. Él busca llenar la vida de alegría y sentido.
Así es Dios, nos quiere alegres, nos quiere viviendo de forma abundante.

jueves, 14 de febrero de 2013

Lc 9,22-25: El que quiera salvar su vida la perderá

Renunciar a uno mismo, cargar con la cruz, perder la vida... son propuestas que vienen de alguien que fue crucificado.
Yo me declaro seguidor de esa persona y asumo para mi ese proyecto, o al menos quiero hacerlo.

No ponerme por delante de todo, y asumir que no puedo tener el control, que si me empeño en ganar en mi vida acabaré perdiéndome.
Querer vivir una vida guiada por Dios.
¡Señor, dame fuerzas!
Que sepa escucharte, que recupere el gusto por estar contigo, que sepa ponerte en el centro de mi vida y no me aleje de los demás.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Mt 6,1-6.16-18 Tu Padre, que ve en lo secreto...

No debemos basar nuestra relación con Dios en condicionamientos sociales. Yo insisto mucho en que la fe hay que vivirla en Iglesia. Pero esa vivencia es personal y no podemos hacerla depender de apariencias, eso es falsearla completamente.
Me gusta esa imagen de Dios, nuestro Padre en la intimidad.
Voy a proponerme hoy, dirigirme a él de una forma especialmente cariñosa e íntima.