martes, 19 de febrero de 2013

Mt 6, 7-15 Cuando recéis no uséis muchas palabras

Para mi la experiencia de Dios va acompañada de la necesidad de situarme junto a él, en lo "secreto", ponerme en sus manos. Porque me reconozco necesitado y confío en él.
Quiero estar en su presencia y dejar que me abrace. Es mi padre y quiero que me sujete durante el día de hoy.

Jesús nos invita a dirigirnos a Dios no con muchas palabras, sino situándonos ante el como hijos, queriendo formar parte de su reino, colaboradores de su voluntad, pidiéndole por nuestras necesidades mínimas, no queremos más, y sabiendo que una de las armas importantes es perdonar y saberse perdonado.

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