lunes, 19 de noviembre de 2012

Mc 13, 24-32 Sabéis que la primavera está cerca

Las lecturas tienen un lenguaje oscuro, complicado: "tiempos complicados como no los ha habido hasta ahora" dice la lectura del antiguo testamento, "gran tribulación" leemos en el evangelio. Son textos del estilo conocido como "apocalíptico", aunque hoy diríamos simplemente que de crisis. Las lecturas nos muestran que dificultades ha habido siempre, que la vida del ser humano ha venido marcada por esas dificultades. Los problemas puede ser de nuestra propia vida, pueden estar provocados por nuestro comportamiento, por el de terceras personas, por fenómenos naturales, por circunstancias que escapan a nuestro control (enfermedad, muerte), pueden ser grandes propblemas, o pequeños y aún así dejarnos "ahogados". Muchas posibilidades que siempre han estado ahí y que pueden hacer sentirnos presos en nuestras propias vidas. Sin embargo, este es solo el puntos de partida de estas lecturas, porque a pesar de las dificultades, los textos se centran en la visión esperanzadora: "entonces se salvará mi pueblo" dice la lectura del profeta Daniel, "enviará sus ángeles para recoger a los elegidos" dice el evangelio. Las palabras de Jesús que compara con lo que está por suceder no es el anuncio de un desastre, sino el de un brote que anuncia la llegada de la primavera (o el verano en otras traducciones). Definitivamente las lecturas están invitando, desde la realidad de la dificultad, a ser optimistas, a continuar en la "resistencia". No como un simple voluntarismo, sino por el convencimiento de que Cristo está cerca y todo va a estar en manos de Dios. Jesús ha comenzado una nueva humanidad que es real. Ya tenemos entre nosotros una realidad, pero nos toca trabajar para llevarla a la plenitud, aunque nos cueste. ¿Cuál es ese brote anuncio de la primavera que deseamos? ¿Con cuál podemos colaborar? Yo creo que tenemos a nuestro alcance luhar por unas relaciones más humanas, más abiertas, más fraternas. Esas relaciones brillarán en ese mundo de dificultades y pueden abrirse paso a través de él.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Lc 15, 1-10 Habrá más alegría por uno solo que se convierta que por noventa y nueve que no necesitan convertirse

En los evangelios Jesús nos presenta cómo es Dios, y en estos relatos nos deja muy claro que Dios se preocupa por los que no están, por los que se alejan de su lado, tanto que nos puede parecer que "pasa" de los que estamos a su lado. ¡Qué le pregunten si no al hermano mayor de la parábola del hijo pródigo! Así estamos invitados a ser en la Iglesia, pero me parece que resultamos muy fríos, poco acogedores. Hemos creado un sistema tan complejo que es muy dificil que un "alejado" se sienta contento de volver y participar. Tenemos un sistema de normas tan completo y redondo, y del cual nos sentimos tan orgullosos, al cual es muy complicado adecuarse si llegas de fuera o no estás cortado por un patrón muy concreto. Y nuestra posura es quejarnos de que la sociedad no encaja con nuestro modelo... En las parábolas los personajes salen en búsqueda de lo que estaba perdido, de lo que falta. Esta es la actitud que quiero cultivar para mi, estar en búsqueda de aquellos que quieran vida en abundancia.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Lc 14, 12-14 Cuando des un banquete, invita a pobres, porque no pueden pagarte

Jesús nos denuncia las actuaciones por interés. Lo hace con un ejemplo muy claro, invitaciones a personas que sabemos nos corresponderan a su vez con otra invitación. Tiene fácil correlación: favores cuando sabemos que serán devueltos, o se podrán solicitar "a cambio", buscar relaciones con personas que nos resultan agradables. Al principio, reflexionando con este evangelio, estaba mirando hacia afuera. He pasado unos días con la realidad de la Iglesia que gusta de mostrar a jóvenes guapos, sanos y saludables... ese regusto por la apariencia y por los números que siempre me suena mal... pero a la vez me tienta tanto. He de reconocerlo, he empezado mi reflexión mirando hacia afuera, por miedo de mirarme hacia dentro y de comprobar como yo también tengo ese gusto por juntarme con las personas agradables que lo hacen todo fácil y compensan mi esfuerzo, mi interés también por el aparentar y tener una apariencia magnífica que me haga salir en primera plana, por no plasmar opiniones incómodas y moverme en una balsa de complacencia. Sin embargo, observo que sigo haciendo esfuerzos por ofrecer mi trabajo allí donde simplemente hace falta, por personas que han quedado de lado y que a otros cuesta hasta aceptarlas como voluntarias (espero estar muy equivocado con este comentario que tanto dolor interno expresa). Desplazado de cualquier lugar grande y cómodo, de los que da calor y soporte. Sigo haciendo esos esfuerzos, a pesar de mi mismo, y espero que sea por mucho tiempo. ¡Ayúdame señor! ¡Aumenta mi fe!