domingo, 30 de enero de 2011

Mt 5,1-12 Estad alegres y contentos

Todas las lecturas del domingo de hoy son bastante coincidentes.
El Evangelio nos presenta hoy las bienaventuranzas.
Desde un monte, lugar donde en importantes lecturas del antiguo testamento Dios se dirige a nosotros, Jesús nos dice unas curiosas y contradictorias frases.
Si Jesús es esa persona más preocupada en el bienestar de la gente que en los grandes discursos, consecuentemente, ahora su palabras son una especie de tratado de la felicidad.
Al contrario de un listado de mandamientos, que apuntan a un mínimo que cumplir, estas palabras nos plantean una forma de ser, una preferencia por una serie de valores que en nuestra forma de entender la vida pueden estar más asociadas a la desdicha o desde luego no al bienestar.
Yo me planteo hoy ¿qué es lo que me hace ser feliz?
¿Cuál es mi anhelo en la vida? ¿A que dedico mis esfuerzos? Comparando con mi primera respuesta podré ver si soy coherente y estoy buscando mi felicidad.
Y por último ¿qué es para mi la pobreza de espíritu:? ¿elección de la pobreza, humildad, aprender a no depender de necesidades o deseos superfluos...?

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